No importa el salto generacional que se dé, si siendo joven hay que protegerse con máscaras para trabajar en la calle, y luego de viejos saltan de una acera a otra para defender sus derechos, igual le toca lidiar con el poder y la corrupción, lo úncio que nos salva es que hasta en las lineas más uniformes y pretorianas hay uno que no se lo cree, ese es el que se salva, el que rompe con la línea de poder y de vigilancia.
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